MÉTODO CRÍTICO
1) ¿QUIÉN ESCRIBIÓ EL
LIBRO? David, el rey famoso de Israel, e él se le atribuyen 73 salmos. Aunque
la autoría de 50 salmos es desconocida, los salmos restantes fueron escritos
por Asaf, los Descendientes de Coré, Salomón, Moisés, Heman, el Ezraíta y Etán
el Ezraíta
2) ¿CUÁNDO FUE ESCRITO?
Siglo III a.C. Diferentes Autores.
3) ¿A QUIÉN FUE ESCRITO?
Judíos
4) ¿DE DÓNDE FUE ESCRITO?
Diferentes lugares
MÉTODO HISTÓRICO
1) ¿CUÁL ES EL TRASFONDO
HISTÓRICO DEL LIBRO? El libro de los salmos fue el himnario de los hebreos.
Cerca de 70 salmos se atribuyen al rey David, y el resto a otros autores.
Una gran cantidad de himnos que cantan los cristianos hoy día han tomado su
letra de los salmos. Este libro está compuesto por 150 poemas, algunos de los
cuales son de una gran belleza expresiva. De ellos, los salmos 1,19, 22, 23,
90, 100, y 103 son quizás los más destacados.
MÉTODO LITERARIO
1) ¿QUÉ GÉNERO DE LITERATURA
ES EL LIBRO? Poético
MÉTODO PANORÁMICO
1) ¿CUÁL ES LA IDEA PRINCIPAL
DEL LIBRO? Alabanza y adoración a Dios.
2) ¿CUÁL FUE LA RAZÓN
PRINCIPAL POR LA CUAL SE ESCRIBIÓ ESTE LIBRO? Para la alabanza y la adoración a
Dios.
PALABRAS CLAVE DE SALMOS
(RV1960): justo, recto (s), de corazón, íntegro (s), malvado (s),
malo (s), pecado (iniquidad, maldad), oración (orar), alabar (alabanzas),
adorar, cantar, cántico (s), temer (temor), refugio, esperar (esperanza),
salvar (salvación), librar (liberación), invocar, suplicar (súplica), ruego
(s), clamar (clamor)
FECHAS DE COMPOSICIÓN: Los
salmos mismos datan desde la primera monarquía hasta el tiempo después del
exilia (aprox. año 1000 a 400 a.C); la colección en su forma presente puede ser
parte del movimiento de reforma reflejado en Crónicas y
Esdras-Nehemías.
ÉNFASIS: Confianza en
Jehová y alabanza a él por su bondad; lamento por la maldad y las injusticias;
Jehová como rey del universo y las naciones; el rey de Israel como
representativo de Jehová en Israel; Israel (y los israelitas individualmente)
como pueblo del pacto de Dios; Sion (y su templo) como lugar especial de la
presencia de Jehová en la tierra.
CÓMO LEER SALMOS
Este libro
te puede ayudar a expresar tus sentimientos más profundos. No importa si es
gozo o tristeza, paz o angustia, esperanza o desesperación, encontrarás tus
emociones reflejadas en algún lugar en los Salmos. Las palabras escritas en
este antiguo himnario son tan relevantes para las alegrías y desafíos de hoy
en día que puede que te hagan pensar que fueron escritas para abordar tu
situación actual. Algunas de estas oraciones poéticas están dirigidas a
Dios; llenas de gratitud y alabanza, confesiones de arrepentimiento, o
peticiones de intercesión. Otras están dirigidas hacia el oyente; impartiendo
sabiduría práctica y consejo piadoso. Pero otras, como el Salmo 103, se
dirigen hacia el propio salmista a medida que éste lucha por alinear su alma
con una perspectiva de vida orientada a Dios. En medio de esta gran diversidad,
de seguro encontrarás un salmo que se relaciona con las circunstancias que
estás viviendo en este momento.
Tu
compromiso de invertir tiempo en este libro será recompensado abundantemente.
Al leer una y otra vez cada salmo, descubrirás nuevas capas de significado que
te proporcionarán beneficios a corto y a largo plazo. Ten presente que la
poesía hebrea es distinta a muchas otras; los salmistas emplearon paralelismos
conceptuales, donde los pensamientos en lugar de los sonidos riman en tonos de
ecos armoniosos o contrastes que aclaran ideas. Esto produce un rico material
en el que puedes detenerte por horas mientras meditas en un pasaje, extrayendo
reflexiones edificantes para tu vida.
Ten en
cuenta que los Salmos son poesía, no composiciones doctrinales. Por lo
general, sus autores se enfocaron principalmente en reflejar sus emociones más
profundas, en vez de exponer verdades teológicas. Piensa en los salmos como si
fueran anotaciones en un diario: reflejan el trato más íntimo de individuos
con Dios. Fíjate en las vívidas figuras literarias y honestidad apasionada.
El lenguaje poético te invita a leer tanto con tu corazón como con tu mente,
trayendo aplicaciones a todas las áreas de tu vida.
TÍTULO: La
colección entera de Salmos se titula "Alabanza" en el texto hebreo.
Más adelante, los rabinos frecuentemente lo designaron "El libro de
Alabanzas". La Septuaginta (LXX), la traducción griega del AT, lo tituló
"Salmos" (cp. "EL libro de Salmos" en el NT: Lc 20:42; Hch
1:20). El verbo griego de donde el sustantivo "salmos" viene en
esencia denota "jalar o tañer (rascar) cuerdas", por lo tanto una
asociación con acompañamiento musical se implica. El título en castellano se
deriva del término griego y su contexto. Los Salmos constituyen el "libro
de himnos" antiguo de Israel, inspirado por Dios (1Ti 3:16), el cual
definía el espíritu y contenido apropiados de adoración.
Hay
ciento dieciséis salmos que tienen sobrescritos o "títulos". El texto
hebreo incluye estos títulos con los versos mismos. Cuando los títulos son
analizados individualmente y estudiados como un fenómeno general, hay indicaciones
significativas de que fueron colocados como apéndices a sus salmos respectivos
poco tiempo después de su composición y que contienen información confiable
(cp. Lc 20:42).
Estos
títulos brindan diferentes tipos de información tal como el autor, la
dedicación, la ocasión histórica, una asignación litúrgica a un director de
adoración, instrucciones litúrgicas (p. ej. qué tipo de canción es, sea para tener
acompañamiento musical, y qué tono usar), además de otras instrucciones
técnicas de significado incierto debido a su gran antigüedad. Una preposición
hebrea pequeña añadida aparece en la mayoría de los títulos de los salmos.
Puede expresar diferentes relaciones, p. ej. "de", "desde",
"por", "a", "para", "en referencia a",
"cerca de". Algunas veces ocurre más de una vez, aun en títulos
cortos, normalmente supliendo información tal como "de" o "por"
persona X, "a" o "para" persona Y. No obstante, esta
pequeña preposición con mayor frecuencia indica quién es el autor de un salmo,
sea "de" David, el talentoso salmista de Israel, o "por"
Moisés, Salomón, Asaf o los hijos de Coré.
TEMAS:
- Un retrato de Dios. Los salmos describen
a Dios como pastor (23; 95 y 100) y como el guerrero quien nos salva de
nuestros opresores (1:8). Él es nuestro Rey (45; 47; 97), nuestro refugio
(46; 91) y nuestro juez (50; 52; 75-76), quien es grande (48; 135),
eterno (90), perfecto (92), poderoso (76; 104; 145; 147), paciente (70),
justo (82; 101), comprensivo (103), cariñoso (136; 145) y bueno (86; 104;
116). Como el campeón de los pobres y los oprimidos (72; 113), él le
ofrece esperanza a las agobiadas personas honradas dándoles un vistazo de
su glorioso futuro (37; 73).
- Un modelo de una relación personal con Dios. Los
salmos abiertamente expresan el alcance de las emociones
experimentadas en la vida, como por ejemplo; miedo (56), amor (91; 116),
angustia (31; 42; 120; 142), consternación (10), alegría (98; 117),
impaciencia (13), agradecimiento (107; 118; 136), vergüenza (25; 38; 44;
69), culpabilidad (32; 51), perdón (32; 103) y depresión que se convierte
en esperanza (31; 42-43; 130). Esta sinceridad nos inspira a la
comunicación auténtica con nuestro cariñoso, compasivo y comprensivo
Dios.
- Un contraste de las costumbres de los rectos
con aquellas de los malvados. El Salmo 1 establece el escenario: Dios
bendice y cuida a los rectos, pero el camino de los malvados perecerá. Los
malvados son aquellos quienes egoístamente usan y abusan de otros sin
pensar acerca de Dios (26; 37). Los rectos, por otra parte, caminan
delante Dios con integridad de corazón, ayudando a sus vecinos y aquellos
en necesidad (15; 28).
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